Rambleta acogerá los días 23 y 24 de octubre la adaptación teatral de la novela de Santiago Lorenzo ‘Los asquerosos’ (2018), uno de los mayores éxitos editoriales de los últimos tiempos. Secun de la Rosa y Miguel Rellán protagonizan la historia de Manuel y su tío, dotándola del peculiar e inclasificable sentido del humor del escritor. Ambos irán viviendo juntos los distintos estadios por los que pasa la vida de Manuel: el miedo inicial a perder la libertad, el descubrimiento de la felicidad de la vida solitaria y precaria, la ridícula facha de los “mochufas” domingueros ensuciando su paraíso, la vuelta a la ciudad y el final definitivo a la búsqueda de la libertad absoluta.
La dirección corre a cargo de David Serrano, y el texto de Jordi Galcerán y Jaume Buixó, quienes logran una adaptación teatral fiel a la novela realizando el trabajo con un cuidado y un respeto absoluto hacia la novela y su vocabulario. “El resultado no ha podido ser más perfecto y brillante”, señala David Serrano.
Para quien no conoce la historia: Manuel ha herido a un policía y se ha dado a la fuga, refugiándose en casa de su tío. No sabe el alcance de la lesión pero su tío le aconseja que desaparezca: sea cual sea la gravedad, darán con él y pasará un largo tiempo en la cárcel. Manuel no tiene otra opción que escapar aprovechando la noche y se refugia en un pueblo perdido y abandonado, un pueblo al que ambos deciden llamar Zarzahuriel.
“En esta divertidísima historia lo que defiende el autor es: “Si no puedes con tu enemigo, huye de él”. Esta es, al menos, la conclusión a la que llega Manuel, que, como todos los antihéroes que aparecen en las novelas de Santiago Lorenzo, es un perdedor, un hombre solitario y en crisis al que le cuesta horrores hacer amigos, encontrar trabajo y echarse novia, pero al que la vida termina sonriendo al situarle por azares del destino en un pueblo abandonado. En un mundo en el que cada vez se grita más, no hay mayores tesoros que el silencio y la soledad; gracias a ellos Manuel encuentra una paz y una libertad que nunca había tenido: “Todas las deudas son con la gente. No hay gente, no hay deudas”. Alejado de la “mochufa” y de las obligaciones que nos imponen, y que nos imponemos, al vivir en sociedad, Manuel, por primera vez en la vida, empieza a ser feliz.