¡Hola, lectores de Valencia Enamora! Hoy quremos compartir con vosotros nuestra experiencia reciente en un fin de semana otoñal por la pintoresca Morella y la hermosa Tinença de Benifassà. Nuestra aventura fue tan maravillosa como apasionante, llena de historia, naturaleza y, por supuesto, ¡deliciosa comida local! Además, resulta ser un plan super recomendable para estos meses que queremos escaparnos cerquita de casa y ver cosas diferentes.
Morella: Un Paseo por la Historia
Comencemos por Morella, un lugar que respira historia en cada rincón. Sus calles adoquinadas y sus monumentos nos llevaron a un viaje en el tiempo.
Visitamos su famoso castillo, la Basílica Arciprestal y el Convento de San Francisco, quedando maravillados por la riqueza cultural de este lugar.
Pero lo que más nos impresionó fue la gastronomía local. Probamos exquisitos productos gastronómicos y nos llevamos a casa artesanía textil. Recomendamos probar los pasteles típicos de la zona, el flaó , un dulce celestial. Es señal de identidad en Morella y es el rey de las pastelerías. Es un dulce celestial. Su origen es muy antiguo, árabe, medieval, mediterráneo. Es una pasta rellena de requesón y almendras.
Explorando la Tinença de Benifassà
Otra opción es aventurarte en la Tinença de Benifassà, explorando lugares como Castell de Cabres y El Boixar. En Castell de Cabres, disfrutamos de las ruinas de su castillo y nos embarcamos en una caminata familiar por el bosque de Bovalar. Las vistas y la paz que se siente allí son indescriptibles. En El Boixar, nos maravillamos con la presencia de cabras hispánicas y aves rapaces mientras caminábamos entre sus bosques de bojes.
Coratxà y la Pobla de Benifassà: Joyas Ocultas
En Coratxà, nos relajamos en su mirador, disfrutando de vistas impresionantes. Luego, en la Pobla de Benifassà, visitamos el Monasterio de Santa María de Benifassà y recorrimos sus calles rústicas. La tranquilidad de este lugar es incomparable y es un punto de partida ideal para explorar el Parque Natural de la Tinença de Benifassà.
El Ballestar y Fredes: Naturaleza en Estado Puro
El Ballestar nos atrapó con sus calles empedradas y su iglesia del siglo XIII. Desde allí, iniciamos las rutas de senderismo que me llevaron a lugares espectaculares como el Portell de l´Infern y la Cova de l´Aire en Fredes. El clima frío de este pueblo en invierno contrasta con la calidez de su gente y la belleza de sus paisajes.
Rossell y Bel: Pequeños Tesoros
Otra alternativa es visitar el Rossell y Bel, dos pequeñas localidades llenas de encanto. Rossell, con sus restos de muralla, ofrece vistas panorámicas impresionantes y unos pastelitos de cabello de ángel que deleitaron nuestro paladar.
Por otro lado, Bel parece haberse detenido en el medievo, con sus casas de piedra y balcones de hierro forjado, creando un ambiente encantador y tranquilo. Os recomendamos pasar por el Restaurante Les Moles, donde podrás disfrutar de Cocina de autor, creativa, moderna, innovadora, con productos de calidad y del territorio.
Un Viaje para Recordar
Nuestro fin de semana otoñal en Morella y la Tinença de Benifassà fue una experiencia inolvidable. No solo disfrutamos de la riqueza histórica y natural de la zona, sino que también nos sumergimos en su auténtica gastronomía y conocimos a personas amables y hospitalarias.
Os animamos a todos a planificar este itinerario y descubrir por vosotros mismos la belleza de estos rincones escondidos en la Comunitat Valenciana.
¡Hasta la próxima aventura, amantes de la buena comida y los paisajes asombrosos!